septiembre 2007


 La ciencia ha estado a menudo confinada en sus palacios de cristal académicos, ajena al devenir de la sociedad y, con frecuencia, libre del control de ésta. Sin embargo, es obvio que existen debates en los que la sociedad debería de intervenir. Para poder hacerlo, es imprescindible que el público esté informado sobre los avances y las posibilidades que la ciencia abre. La divulgación científica actúa como una herramienta esencial en este objetivo, tal vez utópico, de conseguir que el común de los ciudadanos tenga una cultura en materias científicas lo más amplia posible, que le permita discriminar, formar su opinión, tomar decisiones acertadas, participar.

Presentamos un nuevo espacio en nuestro blog con recomendaciones que nuestros lectores nos hacen y lo inauguramos con cuatro obras de divulgación científica que abordan cada tema de una forma clara, atractiva, sin caer en tecnicismos ni en jergas propias del minifundio científico al que nos ha obligado la dinámica investigadora.

 

Deconstruyendo a Darwin, de Javier Sampedro

Desde que en 1838 Darwin formuló su teoría sobre la selección natural sabemos que cualquier cosa que sea capaz de sacar copias de sí misma, de manera levemente mejorada, no tiene más remedio que irse haciendo más eficaz a lo largo de las generaciones. Pero Darwin no conocía las modernas leyes de la genética o de la biología molecular. Javier Sampedro describe el atolladero en el que el darwinismo se ha metido en los últimos veinte años y sugiere cuáles son las posibles salidas o escapes con los que cuenta la ortodoxia darwinista.

                                                                        

                                                                                  

                                                                       La naturaleza humana, de Jesús Mosterín 

¿Qué soy yo? Yo soy un ser humano. Pero ¿qué es un ser humano? Un miembro de la especie Homo sapiens. ¿Qué tienen en común los miembros de esta especie? La naturaleza humana. ¿Y qué es la naturaleza humana? ¿Existe realmente? Si existe,  ¿ha sido siempre la misma o ha mutado a lo largo de nuestra evolución? ¿Se trata de algo difuso o forma parte de nuestro anclaje genético? ¿Se manifiesta de igual forma en el sexo masculino que en el femenino? Jesús Mosterín responde a estas cuestiones con claves que se mueven entre la ciencia y la filosofía.

 

 

El dedo de Galileo: las diez grandes ideas de la ciencia, de Peter Atkins

Florencia 1776, los restos de Galileo son trasladados a la iglesia de Santa Croce, alguien le cortó el dedo índice de su mano y la reliquia se conserva en el Museo de la Ciencia de la ciudad. El dedo se ha convertido en el símbolo del impulso que Galileo da a la ciencia moderna. Peter Atkins recupera esta imagen y nos presenta en su libro un ameno y paciente recorrido por los diez avances científicos fundamentales de la ciencia y por las dificultades que debieron superar sus protagonistas. En palabras del autor en el prólogo del libro, «comenzamos por los monos y los guisantes, pasamos a los átomos, entramos en la belleza y de ahí al espacio-tiempo, y culminamos el recorrido con la apabullante apoteosis de la abstracción: las matemáticas.

 

 

El universo elegante: supercuerdas, dimensiones ocultas y la búsqueda de una teoría final, de Brian Greene*

Nos introduce en uno de los retos que tiene la física de hoy, la búsqueda de una ley que unifique a todas las demás leyes de la naturaleza y que se conoce como la teoría de supercuerdas, una «teoría del todo» que Einstein persiguió durante treinta años. Esta teoría unificaría los dos grandes pilares de la física actual, el cuántico y el gravitacional, al suponer que todo lo que sucede en el universo surge da las vibraciones de una única entidad: microscópicos lazos de energía que se encuentran en el auténtico núcleo de la materia y que habitan en espacios de dimensiones superiores a las cuatro dimensiones espacio- temporales.

* Existe una serie de televisión del mismo nombre de tres documentales, de una hora cada uno, basada en el libro. Originalmente fue emitida en la televisión pública norteamericana. En España, el canal Documania emitió la serie en español con estos títulos: El sueño de Einstein, La clave está en la cuerda y Bienvenidos a la 11ª dimensión.

 

 

  

Ahora que finaliza el verano y sólo podemos viajar con la imaginación- por otra parte, la mejor forma de hacerlo -, proponemos una serie de lecturas que nos hablan de «otros viajes», de la curiosidad del hombre por ir más allá de lo conocido.

EN BUSCA DE OTROS MUNDOS

Viajes interestelares, viajes a la luna, al centro de la tierra o al fondo del mar  que nos proponen autores como Julio VerneArthur C. Clarke o Kim Stanley Robinson.

   de-la-tierra-a-la-luna.jpg     2001-una-odisea-espacial.jpg    marte-rojo.jpg 

 Más libros de viajes en busca de otros mundos:  

2061 : odisea tres, de Arthur C. Clarke.  3001 : odisea final, de Arthur C. Clarke

Viajes extraordinarios, de Julio Verne.  Guía del autoestopista galáctico, de D. Adams

 

A TRAVÉS DEL TIEMPO

No hay diferencia entre el Tiempo y cualesquiera de las tres dimensiones del Espacio, salvo que nuestra conciencia se mueve a lo largo de ellas. El Viajero de Wells y Ned Henry, el personaje de la obra de Willis, deambulan a través del tiempo buscando respuestas.

la-maquina-del-tiempo.jpg    La máquina del tiempo, de H.G. Wells

por-no-mencionar-al-perro.jpg    Por no mencionar al perro, de Connie Willis

 

¿Y SI ES LA TIERRA LA QUE VIAJA?

La Península Ibérica se desgaja del continente europeo y se convierte en una isla flotante, una gran masa de piedra rumbo al sur. Este es el planteamiento narrativo de José Saramago en La balsa de piedra, un viaje pleno de simbolismo en el que subyace una alegoría del reencuentro.

la-balsa-de-piedra.jpg