Dune, de Frank Herbert
Año 10191, el Emperador Padishah Shaddam IV domina el universo y controla los señoríos feudales de la galaxia, conocidos como Las Grandes Casas del Landsraad. La esencia más estimada del universo es la especia melange que alarga la vida y que sólo existe en un planeta del universo: Arrakis, también conocido como Dune.
Cuatro planetas se enfrentan en una intriga que amenaza la preciada especia: planeta Kaitain, residencia del emperador del universo. Planeta Caladan, regido por Leto Atreides, padre del heredero Paul Atreides. Planeta Giedi Prime, regido por el Baron Vladimir Harkonnen. Planeta Arrakis (Dune), fuente de la especia, donde el poder es el desierto. El que controle la especia, controlará el universo.
En 1965, el escritor norteamericano Frank Herbert publica Dune, alcanzando, casi al momento, un éxito rotundo. La buena acogida de esta primera obra, propició la aparición de cinco secuelas que la llevarían a convertirse en una de las sagas más importantes de la literatura fantástica y de ciencia ficción: en 1969, publica El Mesias de Dune, donde continúa la historia de Paul Atreides. Siete años después, en 1976, aparece Hijos de Dune, donde describe la trayectoria de la familia. Ya en los años 80 publica los tres últimos títulos de la saga que suceden milenios después de los acontecimientos narrados en los primeros libros: Dios emperador de Dune (1981), Herejes de Dune (1984) y Casa Capitular Dune (1986).
DUNE EN EL CINE___________________________________________
Ha habido varios intentos de llevar Dune al cine destacando la fallida apuesta de Alexandro Jodorowsky. Sin embargo, el más conocido es el dirigido por David Lynch en 1984. Se trataba de un proyecto ambicioso ya que se especula que la versión original duraba 5 horas. Incluso Frank Herbert, el autor del libro, afirmaba que la película pasaría a la historia como de las pocas tan fieles al libro que, el público, al salir del cine, se preguntaría qué han eliminado. Sin embargo, la productora exigió recortarla para su lanzamiento comercial en las salas de cine, quedando finalmente reducida a 137 minutos. La película fue un fracaso económico y de crítica, e incluso David Lynch ha renegado de ella en alguna ocasión.
Aunque es verdad que la película adolece de lagunas en el desarrollo de los personajes y en los hechos que narra, también es cierto que se trata de un más que estimable intento en el propósito de aunar el imaginario de David Lynch y la no fácil tarea de convertir en lenguaje cinematográfico una obra literaria tan extensa y compleja.
Años después, la televisión norteamericana emitió un nuevo montaje de 177 minutos. Se añadía un prólogo en el que a través de una voz en off acompañada de imágenes fijas , se pretendía hacer la película más fiel al libro. Al mismo tiempo, se suprimían algunas escenas de la película original propias del, no siempre digerible, universo personal de Lynch. Éste, no reconoció la nueva versión y exigió (y consiguió) quitar su nombre de los créditos de la película.
F. Herbert y D. Lynch