Durmió con pesadez, sin moverse. En su sueño, Lou y él paseaban bajo la lluvia de septiembre, conversando. Y él le decía: «Lou, anoche tuve un sueño terrible. Soñé que era tan pequeño como un alfiler». Y ella sonreía y lo besaba en la mejilla y le decía: «Qué sueño tan absurdo, verdad? »     Richard MATHESON

 

              EL INCREÍBLE HOMBRE MENGUANTE, de Richard Matheson

  

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Scott Carey, un hombre común, normal (hagamos un esfuerzo e imaginemos que ese concepto existe) se da cuenta de que su estatura está disminuyendo progresivamente en un proceso imparable que le llevará a convertirse en una fracción minúscula de su propio ser. El mundo continúa siendo el mismo y Scott sigue formando parte de él pero la perspectiva desde la que lo miraba ha variado física y conceptualmente.

 

En 1956 el escritor norteamericano Richard Matheson (New Jersey, 1926) publica «El increible hombre menguante«, novela en la que sitúa al protagonista en un entorno inquietante, hostil, casi terrorífico, mediante el simple mecanismo de variar el punto de vista de las cosas cotidianas.

 

Un año después, en 1957, el eficaz, y por momentos brillante, Jack Arnold dirige la versión cinematográfica. Como suele ocurrir a menudo en en dos medios de expresión con lenguajes distintos, la película sólo sugiere allí donde la obra literaria disecciona, pero el hecho de que sea el propio Matheson el encargado de escribir el guión de la adaptación a la pantalla grande da como resultado una película muy fiel al espíritu original del libro -exceptuando quizá el grandilocuente final de aquella- en la que subyacen todos los los temas recurrentes del imaginario personal del autor.

 

 

Ahora que Richard Matheson vuelve a estar de actualidad con la exitosa nueva versión cinematográfica de su novela más conocida «Soy leyenda«, recuperamos este clásico del cine fantástico de los años 50, una pequeña obra maestra del género que parece inmune al paso del tiempo y que, al menos de momento, se mantiene libre de contagio del casi siempre innecesario y temible «remake».

 

 

 

*Este post está dedicado a nuestro más fiel lector, que nos ha acompañado desde el principio con sus comentarios, benévolos en alguna ocasión, mordaces e implacables en otras, pero siempre sugerentes.