Si durante muchos siglos las religiones  nos han prevenido sobre un   fin del mundo apocalíptico y aterrador, hoy es la ciencia la que nos  advierte sobre potenciales amenazas : meteoritos, gases, terremotos, epidemias, desastres nucleares…etc. Un asunto  de lo más inquietante que muchos escritores  han utilizado en los argumentos de sus novelas.

 

  El último hombre  es una novela apocalíptica de ciencia ficción escrita por Mary Shelley y publicada por primera vez en 1826. El libro narra la historia de un mundo futurista en el que una misteriosa epidemia avanza arrasando países enteros y poniendo en peligro la supervivencia misma de la humanidad. A pesar del éxito de otra novela suya, Frankeistein,  la novela fue criticada duramente en su época, y permaneció prácticamente en el anonimato hasta que los historiadores la resucitaron en la década de 1960.

 

La escalofriante EL día de los trífidos,  de John Wyndham nos presenta a  la humanidad entera (o casi) ciega y perseguida por plantas asesinas. Ensayo sobre la ceguera  es una novela en la que Saramago imagina  a la humanidad afectada por una ceguera blanca que se expande de manera fulminante. Galápagos , de Kurt Vonnegut cuenta la destrucción y renacimiento de la humanidad. Una crisis económica mundial unida a una epidemia sin síntomas evidentes provoca la muerte de los óvulos y acaba con gran parte de la humanidad.

 

La tradición  de catástrofes ha estado en la brecha con creciente sofisticación.   Naturaleza muerta , de Víctor Conde  describe un mundo devastado por una gran catástrofe. Siete supervivientes en un tren hacia ninguna parte. Una historia de supervivencia, amor y odio en un mundo donde la especie humana encara su extinción.

 

En Tiempo prestado, de J.M. Pallarés y  Garrigós nos situamos en el año 2065  y nadie sabe a ciencia cierta cómo se ha producido la debacle pero  apenas quedan vestigios de la raza humana sobre la faz de la tierra. Los supervivientes traen del pasado muertos revividos a los que modifican antes de devolverlos a su época en un intento desesperado de cambiar el destino.

 

 

  La carretera, de  Cormac McMarty transcurre en un territorio desolado, quemado por lo que parece haber sido un holocausto nuclear o cualquier otra catástrofe de dimensiones  estremecedoras ….En este aterrador paisaje, y en medio de  una lucha brutal por la supervivencia, un padre y un hijo viajan hacia el sur en busca del mar, de esperanza de vida. Esta novela se ha llevado al cine en 2010.(http://www.filmaffinity.com/es/film623008.html)

 

 

El fin del mundo y  Un despiadado país de las maravillas, de Haruki Murakami (313084) donde el autor “con su insondable habilidad para trazar la cartografía de la desazón, podía combinar  cyberpunk, novela negra, relato fantástico y reflexión moral a un ritmo trepidante, para devolvernos a un mundo de desolación, ternura e identidades ambiguas”

 

 

 

 Esta es solo una pequeña  muestra de ficción apocalíptica. De momento seguimos aquí, aunque quién sabe, tal vez un día vecinos de otro mundo nos envíen un ultimátum.

 En Ultimátum a la tierra  (1951) una nave espacial extraterrestre  aterriza en Washington. A bordo viaja un mensajero que advierte  a los dirigentes del planeta: la Tierra será destruída si se empeñan en utilizar la energía atómica con fines armamentísticos. El mensajero no viaja sólo…