En el año 1609 Galileo dirigió por primera vez al cielo un telescopio. Cuatrocientos años más tarde la UNESCO ha declarado el 2009 Año Internacional de la Astronomía. Son numerosos los eventos que se están realizando para despertar el interés y acercar la astronomía al público en general. Observaciones astronómicas (Observatorio Astronómico de Cantabria), conferencias, cursos… este año puede ser el momento oportuno de acercarnos a astrónomos que dieron un giro en la historia de la ciencia y de la humanidad.
Aprovechando que se acerca el verano y que las noches son estrelladas y las vacaciones nos permiten leer, os ofrecemos algunas novelas de la extrabuc que son aptas para todo tipo de lectores sin que se requieran conocimientos científicos de ningún tipo. Sólo curiosidad y ganas de pasarlo bien.
Las dos novelas que os presentamos a continuación están escritas por Jean-Pierre Luminet, astrofísico, novelista y un gran divulgador de los misterios del universo de forma amena y precisa. Ambas tratan de científicos de los siglos XVI y XVII, ya que, según Luminet, fue en estos dos siglos cuando “un puñado de hombres extraños, sabios astrónomos, transformaron por completo nuestra manera de ver y pensar el mundo. Fueron precursores, inventores, inspiradores, agitadores geniales, pero también fueron verdaderas figuras novelescas cuyas vidas están pobladas de intrigas, de suspense, de lances imprevistos…”

Visión copernicana del universo
La vida de Nicolás Copérnico (1546-1601), astrónomo, médico y canónigo polaco, transcurre en el turbulento siglo XVI. Los caballeros teutónicos libran sus últimas batallas, los reinos buscan nuevas alianzas, la Reforma comienza a agrietar la unidad de la Iglesia, y en medio de todo ello Copérnico refuta las teorías de Tolomeo y Aristóteles sosteniendo que el Sol es el centro del universo mientras que la tierra gira a su alrededor y sobre sí misma. Combinando hábilmente ciencia e historia, el autor recrea la vida extraordinaria de un hombre que contribuyó de modo fundamental a cambiar nuestra visión del mundo.
Esta novela no solo trata de dos famosos astrónomos- Tycho Brahe ( 1546-1601) y Johannes Kepler (1571-1630)- sino que en ella se manifiestan dos formas de investigación científica distintas pero complementarias. Mientras Brahe acumula obsesivamente datos de observaciones astronómicas sin tener una teoría que demostrar, Kepler, por el contrario, no es un gran observador pero necesita esos datos para confirmar sus ideas: los satélites están en órbita alrededor del sol.
Las vidas de ambos también difirieron. Brahe era orgulloso, rico, déspota, pendenciero…mientras que el orgullo de Kepler, de familia muy humilde, residía en su absoluta fidelidad a la razón y en la terquedad de su carácter.
EL INCENDIO DE ALEJANDRÍA es otra novela de este mismo autor que también habla de astronomía y científicos, pero esta vez en un ambiente privilegiado, la biblioteca de Alejandría. Grandes filósofos, matemáticos, astrónomos que vivieron allí, incluida una mujer excepcional para su época: Hipatia. En ella se dice:
«Y sin embargo, el astrónomo sigue explorando el cielo, recorriendo los astros, cabalgando los planetas, contemplando el Sol cara a cara. Allá arriba, olvida la mazmorra o el hacha del verdugo que le amenaza»
EL CASTILLO DE LAS ESTRELLAS, de Enrique Joven
Está novela está recomendada para alumnos de instituto por la manera tan agradable que tiene Enrique Joven de explicar detalles de algunos de los más apasionantes episodios de la historia de la astronomía. La historia parte de la búsqueda de las claves del famoso manuscrito Voynich que está en Internet y las aventuras de un científico jesuita para descifrarlo. Pero también aparecen en la novela las vidas de Brahe, de Kepler. Y los acosos eclesiásticos a todo lo que sea ciencia. Pero no del siglo XVI sino actuales: los creacionistas y la parte más reaccionaria de la iglesia moderna.
Aunque suenen los ingredientes a novelas del tipo Código da Vinci o Ángeles y demonios la diferencia es abismal. En esta novela el rigor científico es absoluto y la trama es más verosímil pero igual de apasionante.
Menos real y más novelesca es La maldición de Copérnico, de Philipp Vandenberg. En ella se describe a la Europa renacentista, un mundo plagado de charlatanes, adivinos, alquimistas y astrólogos. Y el protagonista es una amenaza para la Iglesia y para la civilización occidental, pues tiene en su poder algo más temible que el mismísimo día del Juicio Final: la obra proscrita de Copérnico.
Para los que quieran ampliar conocimientos o conocer a estos astrónomos sin visiones noveladas hay numerosos libros en la biblioteca: Isaac Newton : la mente que cambió la historia de la ciencia, James Gleick, Grandes astrónomos anteriores a Newton, Francisco Arago, Copérnico y Kepler, la rebelión de los astrónomos, Juan Luis García Hourcade, y por supuesto «el gran padre de la astronomía» Galileo, con la obra de José M. Vaquero, Galileo, la nueva física.